En primer lugar vamos a hablar de la luz fría. La función que tiene este tipo de luz es mantenernos atentos y concentrados para que no nos entre una sensación de cansancio. Este tipo de luz imita la luz del sol en las horas centrales del día.
Una vez comentado este aspecto, su función principal se traslada a lugares de trabajo, oficinas, sucursales bancarias o incluso salas de espera. Con ella conseguimos ver los objetos con una mayor claridad.
Cuando necesitemos descansar y desconectar, este tipo de luz ya no es eficaz, en este caso debemos de tener en cuenta luz cálida.
A la hora de estar rodeado de un tipo de luz artificial, hay que tener en cuenta la luz del sol que estaría en ese momento. Al estar en casa durante la mañana y tarde noche, el sol nos ofrece una tonalidad cálida y por ello hay que elegir luminarias con esa tonalidad.
Cuando tengamos que elegir un tipo de luz en función de cada estancia del hogar, tendremos en cuenta el tipo de actividad principal que se realice en cada una de ellas.
En el caso de la cocina, necesitamos estar concentrados y por ello la luz fría o neutra sería una elección acertada. Si nuestra cocina presenta algún tipo de color llamativo, la luz neutra es mejor elección que la luz fría, ya que esta última podría alterar relativamente la percepción de dichos colores. Sin embargo si es una cocina en su mayoría con colores blancos, dicha luz fría sí que es la que instalaremos.
En salones y dormitorios, debemos de tener luz cálida o neutra. Necesitamos hacer de estas estancias un lugar acogedor y relajado, para que nos invite a descansar y desconectar.
También la luz cálida o neutra se debe usar en lugares de paso como pasillos o recibidores. Esto no es una norma como tal, ya que influye en los gustos de la persona y como esté distribuido el hogar. No es lo mismo un concepto abierto que otro que tenga las estancas más separadas y definidas. Esto hay que tratarlo con una persona especializada en decoración, para que el asesoramiento sea perfecto.
Finalmente en zonas destinadas específicamente para trabajar como despachos o estudios, la luz debe de ser fría o neutra. Tal y como hemos comentado al principio, hay que crear un ambiente de concentración y cuyos objetos se visualicen con nitidez.
Si se dispone de espacios abiertos, debemos tener en cuenta la iluminación elegida, para que no sea muy diferente de una estancia a otra. Es decir en el hipotético caso de que se tengan varias estancias encendidas con una iluminación distinta, estéticamente no quedaría bien.
Por ello hay que prestar atención a un concepto global de nuestro hogar, para que ofrezca un diseño agradable a las personas que lo habiten.